Para la revista Costa Dulce 2022
Desde por la mañana temprano van llegando
aquellos que han de acudir pronto a su trabajo, y como no, los jubilados
madrugadores, tan cargados de tareas como de achaques. Hay que reconocer que
los abuelos han cobrado en los últimos años un protagonismo importante, incluso
en las series de televisión. Desempeñan un
papel importante en la familia.
Con vehemencia y pasión se tratan temas que
nos parecen, en el momento, de máxima importancia y que nunca se van a borrar
de nuestra mente. Bueno, eso parece, pero surge algo nuevo y como se suele
decir lo urgente eclipsa lo importante. A ver ¿Cuándo empezó la pandemia, y la
erupción del volcán de la Palma? Queda ya tan lejano en el tiempo.
A los arregala-todo, nos les faltan ideas ni
imaginación. Y luego están los quejumbrosos habituales para los que ya nada
tiene remedio. “todo siempre va a peor”. Iremos escuchando soluciones para
cualquier sector de la sociedad, el transporte, la educación, el correo, la
sanidad, las ferias, todo. Hay que ver qué pena que estas “soluciones” no
lleguen a quienes tienen mando en plaza.
También nos encontramos, como no, con alguien que,
con bastante paciencia, y con argumentos sólidos y razonables explica con
claridad algún asunto.
Por ejemplo, hablando de café, podríamos enteramos de que hay una Organización Internacional del Café (OIC) que existe desde 1963, y se ocupa de asuntos cafeteros. La OIC reúne a gobiernos de países exportadores e importadores para abordar, mediante la cooperación internacional, los desafíos con que ha de enfrentarse el sector cafetero mundial. Resulta que hay hasta cuarenta y dos países exportadores. Quién lo diría.
También nos enteramos de que el cafeto es un
arbusto originario de Etiopia, en la provincia de Kaffa, y se cultivó en Yemen
a partir del siglo XV, puede que incluso antes.
Cuenta la leyenda que un pastor llamado Kaldi, paseando por Kaffa con su rebaño, se dio cuenta del comportamiento extraño de sus cabras. Más enérgicas, alborotadas… desde que comieron unos frutos rojos de una planta que no había visto antes. Kaldi preparó, en un monasterio cercano, una infusión con los frutos. Pero no tuvo ningún efecto. Al arrojarlas al fuego, el olor tostado de los granos del interior cautivó a todos los presentes. Al triturar los granos y crear una humeante bebida, notaron como la euforia, el ánimo y sus fuerzas quedaban renovadas. Así nació el café.
Es una bebida estimulante, eso, estimula, no
aporta energía…
Todavía
algunos pastores beduinos siguen tostándolo con una sartén a la lumbre y
machándolo en una especie de almirez. El sonido característico de ese mortero
se expande por el valle y sirve de llamada a los pastores de alrededor para
tomar juntos tan aromática infusión.
Algo así
hacía mi abuela, en vez de utilizar esos molinillos antiguos que ahora se
exponen en los museos y sin disponer tampoco de los eléctricos que aún no los
conocía.
El consumo de esta bebida empezó a expandirse
por Arabia y especialmente la Meca, uno de los destinos más visitados en esa
época. Los árabes se aficionaron a esta bebida, creando incluso lugares de
reunión para disfrutar de una taza de café. Allí nacieron los antepasados de
las cafeterías.
Tanto ingenio se ha despertado a su alrededor
que incluso la publicidad en todos sus medios y formatos nos ha dejado
auténticas obras de arte.
Y cómo no, en el séptimo arte también de
alguna forma toma protagonismo en películas tales como, “Amelie”,
“Serendipity”, “Desayuno con diamantes”, “Pulp Fiction” “Regreso al futuro” y “El bar” y series como
“Café con aroma de mujer” y “Camera Café”.
El café de la mañana es más breve, hay quien
dice que imprescindible. Para terminar de despertar. Puede acompañar el
desayuno, o no. Tiene su propio ritual. Es distinto en cualquier caso al de
media mañana. Es la pausa dentro de la tarea, y tiene un margen variable según
las circunstancias de cada cual. Así van llegando comentarios y noticas frescas
o calentitas, según se mire. Ayer ganó tu equipo, qué bien. A las once hay un
entierro. Por Castuera está lloviendo, dice un viajante que acaba de entrar. En
la gasolinera he visto a tu hermano.
Justo enfrente vemos la librería Bertrand, fundada en 1732, es una de las más famosas y la
más antigua de Lisboa. Y sigue abierta.
Siempre hemos relacionado,
al menos desde Extremadura, el café con Portugal.
Debido a que Portugal disponía del cultivo de
café en Angola que era el tercer máximo productor de
café del mundo hace cincuenta años. A toda España y especialmente a Extremadura
llegaba el “café portugués” unas veces de forma legal y otras de contrabando. En
Angola, las revueltas para conseguir su independencia de Portugal a principios
de los 70 y la Guerra Civil durante 27 años, que siguió a su emancipación del
país europeo en 1975, arruinaron, sin embargo, casi cualquier rastro de café en
el país. Angola tiene unas condiciones climáticas y orográficas ideales para la
producción del grano. El cafeto prefiere altitudes por encima de los mil
metros, temperaturas cálidas y sombra.
En la actualidad hay
organizaciones que están apoyando el cultivo del café para que alcance su nivel
anterior. Sería interesante comentar aquí también que en Perú hay programas de
desarrollo por el cual doce mil familias han cambiado el cultivo de la coca por
el del café. Buen camino.
Y saliendo de cena cae bien un
último café para cerrar el día. En cualquier caso lo más importante siempre es
la compañía.
Aunque no lleguemos a decirlo, en fondo el
deseo es que: “Sólo, sea solo, el café.”
José María Calzado Almodóvar
1 comentario:
Amenisimo relato, que después del café de la tarde me ha hecho viajar desde el pueblo hasta los países productores y consumidores...dicen que el buen café curiosamente hay que tomarlo en Bolonia, no en la playa de Cádiz, que también, sino en la ciudad italiana, desde la que se puede visitar después Ferrara, ciudad medieval y patrimonio de la humanidad como tantas joyas de nuestro país. Cuando quieras lo organizamos. Un abrazo!!!
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