lunes, 26 de septiembre de 2011

Inicio del curso 2011-12

El sábado día 1 de octubre a las 9:30 h. celebraremos en el restaurante
Merialba (Gargáligas) un cena de inicio de curso. a la que asisitrán las personas
que participaron en la excursión a León y otros alumnos de la Escuela.

martes, 13 de septiembre de 2011

Pregón para el Cristo 2011


Pregón:
Cristo 2011.
Buenas noches, bienvenidos.

Bienvenidos a una plaza especial en un día único.

Gracias a señor Alcalde y a la corporación municipal por su deferencia y por concederme el honor de dirigirme a vosotros en esta jornada festiva.
De nosotros depende que cada día sea realmente singular y exclusivo. Somos cada uno de nosotros los que podemos hacer de cada instante una ocasión especial.
Podemos estar de enhorabuena y felicitarnos de poder celebrar una fiesta casi centenaria….
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Fue en 1917, a raíz de unos acontecimientos meteorológicos y la interpretación que nuestros antepasados hicieron de ellos el origen de esta fiesta, institucionalizada a partir de entonces.
Hoy día la información del tiempo es el programa más seguido en todas las cadenas. A todos preocupa porque a todos afecta, aunque no siempre nos paremos a valorar los detalles.
Por ejemplo, para elaborar un solo litro de la cerveza que esta noche tenemos a nuestra disposición habrán hecho falta más de veinte litros de agua. Sólo para elaborarla. Y para el cultivo habrá tenido que llover un mínimo de 400 litros por cada metro cuadrado.
Cuando la economía es de subsistencia, una sola gota de agua es vital.
Volviendo a aquel año y haciendo un esfuerzo por entender la situación en la que se malvivía por aquellas fechas y escuchando con atención los recuerdos de los mayores nos haremos una ligera idea de la situación.
Tras largos meses sin llover y sin perspectivas, el pueblo llano, con la fe del carbonero, vuelve los ojos al cielo y pone en él su destino.
Al borde de la desesperación, agotadas la paciencia y las posibilidades de que la siembra saliera adelante, sacan al Cristo en procesión el día 20 de diciembre.
Dos días después, el 22, llueve, y continúa lloviendo en abundancia.
Se recurre a las reservas de semillas rebuscadas en los últimos rincones y se vuelve a sembrar.
El año colmó las expectativas y sació las más elementales necesidades de la población.

Agradecidos deciden recordarlo y celebrarlo cada año.

La normativa litúrgica establecía que fuese el 3 de mayo o el 14 de septiembre, días en los que la iglesia celebra dos fiestas relacionadas con la cruz, la Invención de la Santa Cruz, el 3 de mayo, y la Exaltación de la Santa Cruz, el 14 de septiembre. Aquí se eligió, ya vemos, el 14. .
Dado que en estos días tenían un paréntesis en las tareas agrícolas, que de una u otra forma implicaban a gran parte de la población, ya que  aún no existían por aquí cultivos de regadío, era una buena ocasión para celebraciones festivas.
Andando el tiempo, y disfrutando ahora,  de la posibilidad de adquirir cualquier alimento a lo largo del año entre la amplia gama que ofrecen las tiendas del pueblo nos resulta difícil ver la conexión entre el cultivo de la tierra y nuestra propia vida.

Pero es fácil entender que en realidad nadie trabaja para sí mismo, todo lo que hacemos va destinado a otras personas. Todos trabajamos para todos. Luego es razonable que todos participemos de forma colectiva en las grandes celebraciones.

A lo largo de los años esta fiesta habrá tenido sus altibajos y hasta su polémica. En mi opinión, es esta una de las mejores épocas, y da gusto participar en una plaza tan acogedora de una fiesta con solera, con genuino sabor de pueblo, entrañable, cercana, en definitiva maravillosa.
Encontrarnos reunidos en esta plaza, personas de la más diversa edad y condición en tan festivo ambiente de alegría y diversión es una verdadera suerte.
Es curioso ver cómo algunas camisetas lucen alusiones al quinto o décimo aniversario. Por ejemplo mi propia nieta, Nerea, los cinco años que tiene de vida, son otros tantos “Cristos” celebrados, y al nieto que viene de camino ya le tienen preparada la camiseta.
Creo que esta celebración pasa por uno de sus mejores momentos.
Espero que las próximas veinte generaciones puedan seguir celebrándolo, y que la imaginación les lleve a lucir hermosos y chispeantes diseños.
Aunque sin esperar tanto, para el 2017, que, como quien dice, está a la vuelta de la esquina habrá que ir pensando en algo grande, ya que se cumplirán cien años.
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Afortunadamente nuestro cerebro, nos hace el gran favor de suavizar, difuminar y redondear las agudas y punzantes aristas de aquellas experiencias que pudieron causarnos dolor o desazón, y por el contrario ilumina, magnifica y da esplendor a las vivencias que nos resultaron agradables y  su sola evocación nos sirve para revivir momentos satisfactorios.
Es decir va borrando los recuerdos desagradables y potenciando los agradables.
Es el tiempo como un río que nos lleva, y que unas veces se nos antoja que discurre lento y parsimonioso en aburridos remansos, y otras agitado,  y vertiginoso en ruidosas torrenteras.
En realidad siempre lleva el mismo ritmo, lo que cambia es nuestra percepción de la realidad. O simplemente nuestra manera de complicarnos la vida.

¿Acaso es necesario cruzar el río hasta la otra orilla para coger un poco agua?

Buscamos un tanto atropelladamente la felicidad y ésta parece que se esconde en un laberinto, pero os puedo revelar un pequeño secreto, la felicidad, tan huidiza, a veces sale a nuestro encuentro, nos cruzamos con ella sin darnos cuenta y apenas sin saludarla; y es que nos espera precisamente en su propia antesala.
La ilusión y las tareas de los preparativos de esta misma fiesta proporcionan momentos felices. O cualquier otra preparación o expectativa, un viaje, un nuevo trabajo, la esperanza de volver a ver a los amigos y familiares y degustar con ellos estos días finales del verano.
Disfrutemos ahora que podemos, dejemos de añorar eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Aunque fuera cierto ya no podemos volver a ellos, y el futuro podrá ser mejor o no, pero desde luego, siempre está por llegar, y se hace tanto esperar que casi no podemos contar con él.
Es el presente un regalo, disfrutémoslo.
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Disfrutemos la hermosa posibilidad de compartir, afianzar y estrechar estos días los lazos que nos acercan dentro de la sociedad en la que vivimos.
Esos finos e invisibles hilos de seda que nos unen a familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo…
Esos lazos que con sus nudos constituyen la red que nos protege igual que al trapecista del circo para que no dé con sus huesos en el suelo.
Volviendo al principio, quisiera sacar la conclusión de que hay una parte importante en el aquel milagro: el esfuerzo reiterado, volver a sembrar. Volver a esforzarse aún más cuando parece que todo está perdido.
Si Dios nos ha dotado de inteligencia y capacidad de trabajo será para que no nos echemos a llorar como niños pequeños ante la primera dificultad, sino para que sigamos buscando soluciones y alternativas una y otra vez por caminos y métodos distintos.
Somos dueños tal vez, del cincuenta por ciento de nuestra vida. Pongamos que el otro cincuenta dependerá de las circunstancias, del ambiente, de los que nos rodean, pero siempre habrá al menos una mitad en la que nosotros podamos decidir.
Así ahora podemos elegir y convertir estos días y este lugar en una ocasión inolvidable, intensa, agradable, para nosotros mismos y para los que nos rodean.
No son los mercados los que mueven el mundo, ni los gobiernos, son las emociones y los sentimientos. Como decían los latinos, la emoción es el impulso que induce a la acción.
Hagamos entre todos una fiesta emocionante.

Quisiera  terminar expresando mi reconocimiento a las personas que con su trabajo hacen posible que esta fiesta se lleve a cabo: trabajadores del Ayuntamiento, feriantes, peronal de hostelería, músicos  y abuelos que se han quedado en casa cuidando a los más pequeños.

Disfrutemos de esta fiesta.

Muchas gracias por vuestra atención.



Viva el Cristo de la Capilla
Viva el Cristo de la Capilla
Viva el Cristo de la Capilla