sábado, 22 de abril de 2017

El Encuentro



El Encuentro
La Enramá   (Domingo de Resurrección)
La fiesta principal del año cristiano es la celebración de la Pascua de Resurrección.
Es domingo, punto de partida de una nueva vida. Su celebración se ameniza con lanzamiento de cohetes, campanas al vuelo, etc.
Nuestro pueblo en este día se viste de gala para celebra el gran acontecimiento, manifestado así el júbilo y la alegría de una gente sencilla y llana que se alegra en la Pascua de Resurrección.
Ésta es una de las pocas fiestas que aún se celebra, quizá por ser una de las que más raigambre popular ha tenido y que aún conserva su originalidad, aunque no dudamos que a través del tiempo va perdiendo parte de su pureza.

Participa la mayoría de los mozos del pueblo. Pasan la noche preparado y adornando el tramo de la Calle Real, donde se va a celebrar “El Encuentro” o “Carrerita”. Las ventanas y balcones de esta calle son engalanados con palmeras, tomillos, ramas de álamos y toda clase de hierbas del campo. Hacen grandes lianas tejidas colocándolas de un balcón a otro formando arcos. Así mismo se va cubriendo el suelo de hierbas traídas con los carros tirados a hombros por ellos mismos, formando una mullida alfombra llenando el ambiente de un delicioso aroma.
No sólo adorna esta calle, sino que en cuadrillas de mozos se dispersan para preparar la ·”Enramá de Gala”, cada uno a su moza o a la que pretende y quiere, consistiendo en adornar las rejas de la ventana con hierbas aromáticas, flores y cintas de colores. Si no había sido aceptado  por la moza que pretende, las rejas eran también adornadas pero grotescamente con otra clase de hierbas, como jaramagos, matas de habas y hojas de parra, dando a entender su disconformidad o despecho de su pretendiente que había conseguido enamorar a la muchacha que él deseaba, siendo además pintada la puerta con cal.
Pero existía una bella costumbre que tendríamos que rescatar: las rondas de los mozos por el pueblo cantando “Las albricias”, el “Regina Coeli” y “Ya suenan las esquilitas” canciones religiosas motivadas por el día. Se acompañaban de tambora, tambor, flauta, platillos, guitarras, laúdes y cañas, les abrían las puertas invitándoles a licores y dulces, saliendo todos al “Encuentro”.
Cuando todo está a punto y al amanecer sale la procesión de la Virgen toda vestida de luto y cubierta la cara con un manto, hace así parte del recorrido, llevada en andas generalmente por mujeres.
La Virgen cubierta con el velo baja por la calle Hospital, gira a la izquierda por la calle Colón, y luego otra vez a la izquierda por la calle Convento para aparecer en la calle Real. El Resucitado espera en la Plaza de España confluencia con la calle Real y cuando están a la vista inician la carrera.
Antes de aparecer en la calle en la que tendrá lugar el encuentro, se la retira el velo negro que la cubre. Se va acercando a su Hijo Resucitado y los portadores de  ambas imágenes se arrodillan tres veces antes de encontrarse.
Los portadores de las mismas emprenden una singular carrera y en el momento del “Encuentro”, entra la emoción de los mayores y la alegría de los pequeños, son elevadas todo lo que permiten sus brazos entre palmas y vítores, quemándose cohetes y tracas  en honor a Cristo Resucitado. Continúa la procesión hasta el templo donde se celebra la misa.

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