El día era típico de invierno, pero con temperatura suave, unos 14ºC, poco viento y con niebla que se fue disipando a lo largo de la mañana.
Precisamente la niebla le daba a las ruinas del castillo un aire misterioso y fantasmagórico que despertaba la imaginación y la curiosidad de los niños. Niños que por cierto no dejaron ningún rincón por explorar y recorrer todas las dependencias, escaleras, murallas y recovecos del castillo.
Desde la altura se aprecia la gran extensión de agua del Embalse de la Serena en el río Zújar que en estas fechas se encontraba al 37,87 & de su capacidad y en la cota 332,73 m.s.n.m. (metros sobre el nivel del mar) siendo la cota de coronación la de 356 m.s.n.m.
Hicimos algunas fotos interesantes, y aquí están.